El Espíritu Santo
     
    Creemos y testificamos que las Santas Escrituras enseñan que la persona del Espíritu
    Santo no es una mera influencia divina, sino Dios eterno juntamente con el Padre y el Hijo, y que sólo por su medio y virtud el hombre puede llegar al verdadero conocimiento de Dios (Juan 16:8,
    9), a la comprensión de Su Palabra y a la aprobación de la obra redentora de Cristo. El Espíritu Santo redarguye al pecador, regenera al corazón arrepentido y santifica al creyente.
    
    Mora en el cristiano (1 Corintios 3:16) y es las arras de su salvación (2 Corintios
    1:21-22; Efesios 4:30b). Le fortalece en sus tribulaciones, le consuela en sus pruebas y le conduce a una vida de obediencia a Dios. El Espíritu Santo es el único vicario infalible de Cristo en
    la tierra.